Al momento de evaluar qué modalidad de pensión es más conveniente, pueden existir mitos y creencias erróneas, lo cual repercute en la decisión final de las personas.
Al momento de retirarnos laboralmente, comienza una de las etapas más importantes en la vida: la jubilación. Esto conlleva a muchos desafíos, y uno de ellos es tomar la decisión sobre qué modalidad de pensión elegir.
Las modalidades de pensión son distintos planes que establecen la forma en la que se entregará la pensión de jubilación. Cada persona puede elegir la que estime más conveniente, según sus necesidades.
Dentro de todas las opciones existentes, el retiro programado es la más común entre la población chilena. Esta modalidad es gestionada por las distintas AFP, las cuales entregan una pensión a cada afiliado, determinada por la cantidad de dinero que haya en su cuenta de capitalización.
La modalidad de renta vitalicia también se ha posicionado como una alternativa conveniente para muchas personas. Esta consiste en la entrega de una pensión fija y estable por el resto de la vida del afiliado, la cual es administrada por una compañía de seguros.
Pese a que es una opción tan viable como el retiro programado, la renta vitalicia está rodeada de ciertos tipos de mitos y creencias que pueden generar confusión. En el siguiente artículo revisaremos algunos de estos y comprobaremos si son ciertos o no.
“Las rentas vitalicias son una estafa, porque las aseguradoras se quedan con el dinero de los afiliados”
Este es un mito muy extendido, pero falso. Al momento de contratar una renta vitalicia los fondos del afiliado se traspasan a una aseguradora y pasan a ser de su propiedad, a cambio la persona obtendrá una pensión durante el resto de su vida.
El dinero que el afiliado entrega a la aseguradora se invierte en un fondo colectivo que respalda el pago de las pensiones. La aseguradora no se queda con el dinero, sino que lo administra y lo rentabiliza para cumplir con sus obligaciones contractuales de pagar pensiones. Por lo que creer que esta modalidad es una estafa es erróneo.
“Con una renta vitalicia se corre el riesgo de que el dinero destinado a la pensión se acabe”
Las pensiones de renta vitalicia se establecen en base al dinero ahorrado en la AFP y la esperanza de vida (además de otros factores). Una vez calculado el monto a pagar, el saldo de la cuenta no tendrá mayor incidencia, por lo que no se corre el riesgo de que este se acabe y la pensión desaparezca.
Con el retiro programado, el monto va cambiando según el dinero restante en la cuenta de capitalización individual. Como este se va agotando con el tiempo, la pensión va disminuyendo. Con la renta vitalicia esto no pasa, por lo que el mito es falso.
“Las rentas vitalicias son más bajas que las pensiones de retiro programado”
Este es otro mito muy difundido, pero no es del todo correcto. Las rentas vitalicias y las pensiones de las AFP se calculan con distintos criterios y factores, por lo que no se pueden comparar directamente.
La pensión de retiro programado puede ser mayor, pero debe reajustarse anualmente en función del saldo en la AFP, por lo que tiende a disminuir. La renta vitalicia suele ser menor inicialmente, pero se mantiene fija durante todo el período de vida.
“Las rentas vitalicias no tienen derecho a bonos ni beneficios estatales”
Este mito es falso, ya que los pensionados con rentas vitalicias tienen los mismos derechos que los pensionados con AFP a recibir bonos y beneficios estatales, siempre que cumplan con los requisitos de cada uno. Por ejemplo, pueden acceder a la Pensión Garantizada Universal, al bono por hijo nacido vivo, al bono invierno, al subsidio al consumo eléctrico, al pase adulto mayor, entre otros.
“Las rentas vitalicias no permiten cambiar de modalidad ni de aseguradora”
Esta afirmación es verdadera y es una de las principales desventajas de la renta vitalicia, ya que no es posible hacer cambios en el contrato firmado con la compañía de seguros. Esto significa que, tal como se cree, no existe la posibilidad de cambiarse de modalidad ni cambiar de compañía de seguros.
Con retiro programado, en cambio, puedes ir cambiando de AFP según te acomode y, a su vez, cambiarte a renta vitalicia si lo estimas conveniente.
Conclusión: La importancia de evaluar nuestras condiciones e intereses
La elección de la modalidad de pensión es una decisión crucial que afectará significativamente nuestra calidad de vida durante la jubilación. Es esencial comprender que no existe una respuesta única y definitiva, ya que tanto el retiro programado como la renta vitalicia tienen sus ventajas y desventajas.
Antes de tomar una decisión, es fundamental evaluar cuidadosamente todos los aspectos y desmitificar las creencias erróneas que rodean a estas modalidades de pensión. En este sentido, es claro que la renta vitalicia no es una estafa; las aseguradoras administran y rentabilizan los fondos de manera responsable para garantizar el pago de las pensiones.
Además, el temor a que el dinero destinado a la pensión se agote con una renta vitalicia es infundado, ya que estas pensiones se calculan de manera diferente y son estables a lo largo de toda la vida del afiliado. La comparación directa entre las rentas vitalicias y las pensiones de retiro programado es inapropiada debido a las diferencias en los criterios de cálculo y en la forma en que se ajustan con el tiempo.
Por último, es importante tener en cuenta que la renta vitalicia no excluye el acceso a bonos y beneficios estatales, lo que brinda seguridad económica adicional. Sin embargo, la inflexibilidad en cuanto a cambios de modalidad y aseguradora es una desventaja importante de la renta vitalicia que debe considerarse cuidadosamente.
En resumen, la elección de la modalidad de pensión debe basarse en un análisis detallado de las circunstancias personales y financieras, así como en una comprensión precisa de las implicaciones de cada opción. Esto garantizará una jubilación más segura y satisfactoria en el futuro.